lunes, 2 de junio de 2008

CARTA DEL GENERAL PIÑAR A LOS ALTOS MANDOS DEL EJERCITO, MERECE LA PENA LEERLA.

Al inicio de la semana pasada, hemos tenido conocimiento, a través de diversos medios de comunicación, de que el Excmo. Sr. General de Brigada D. Blas Piñar Gutiérrez ha sido sancionado por el Jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD) con un mes de arresto domiciliario.

Según fuentes del Ministerio de la Defensa, la referida sanción está motivada por una carta que el General Piñar remitió al JEMAD y a otros 34 Generales del Ejército el pasado 19 de enero, tras su pase a la reserva .

No obstante el carácter interno de la misiva, a la que luego nos referiremos, y el contenido de la misma, estrictamente militar, hubo, desde el primer momento un sospechoso interés por parte de la cúpula militar y de los políticos en que ésta viera la luz , razón por la cual fue filtrada, de inmediato, al diario EL País, que la publicó extractada y añadió de su cosecha algunos datos y expresiones que no se contienen, en absoluto, en la citada carta.

Y hubo interés en darla a conocer no tanto por su contenido, que como puede comprobarse es la expresión más sincera del soldado que se lamenta del injusto trato recibido y sufre la decepción y el desaliento que provocan contemplar cómo las Fuerzas Armadas se apartan ostensiblemente de su misión fundamental para convertirse – según acertada expresión de un gran español- en una “ONG distinguida”, sino que el interés en publicarla obedecía , como siempre, al oportunismo político, ya que el sólo anuncio, en vísperas de elecciones, de que el General Blas Piñar iba a ser sancionado, volvía a poner en práctica , una vez más , el socorrido recurso, tan utilizado por los gobiernos del sistema y sus compinches, de, por un lado, remover viejas historias como aquel “manifiesto de los cien” que casi nadie sabe lo que fue y, por otro, el dejar bien claro como este sistema liberal y los gobiernos que lo sirven doblegan, humillan, sancionan, arrestan, destituyen, encarcelan ... a todo militar que se atreva a recodarles cuál es la verdadera misión de los Ejércitos: defender a España de sus enemigos exteriores e interiores, mantener la unidad de la Patria, honrar a su Bandera, ...Tales son los casos del Teniente General Mena, el del Capitán de Melilla, de todos conocidos, o el de este otro Coronel de La Coruña, también arrestado recientemente por manifestar su desacuerdo con la revanchista Ley de la llamada “memoria histórica”, y ahora el del General Blas Piñar que remite una carta a sus superiores , después de pasar a la reserva, en la que, por las razones que en ella apunta , manifiesta “haber llegado a la conclusión de que ya no podía ni quería ser útil a este Ejército y por fidelidad al juramento prestado, consideré una obligación renunciar a mi situación de actividad como General” .

No son, en modo alguno, infundadas ni gratuitas las afirmaciones del General Piñar en esta carta. De su lectura no puede inferirse más que sinceridad, decepción , una profunda tristeza y sobre todo un gran amor a la milicia, a la que ha consagrado sus mejores años, con dedicación y esfuerzo, y un gran amor a España, razón suprema del juramento que un día prestó. Una actitud y un ejemplo encomiables que todos debiéramos imitar.¿Dónde está, pues, la falta que se pretende sancionar? Léase la carta , la carta de un soldado leal y fiel a su juramento; carta que, insito, no fue escrita para ser publicada, sino para exclusivo conocimiento del mando militar y obténganse las conclusiones precisas. Yo, como español de a pie, no puedo sino extraer de su lectura más que las siguientes:

1. El General pide su pase a la reserva. Ningún mando le pregunta por los motivos de su solicitud, ni se le contesta. A pesar de ello, por disciplina, permanece en su puesto.

2. ¿ No es acaso legítimo que un general aspire al mando de una gran unidad, máxime si, como es el caso del General Piñar, éste cuenta con una excelente preparación y una brillante hoja de servicios? A otros , mucho menos cualificados, pero más acomodaticios, se lo dieron ; a él no.

3. El ilustre apellido que ostenta el General ha debido ser una de las razones del apartamiento y la exclusión de que ha sido objeto. Baste decir que, con motivo de la imposición del fajín, cuando accedió al generalato, se le “recomendó “ que no era conveniente que su padre, Don Blas Piñar, asistiera al acto; es decir, se le privaba “democráticamente” de que padre e hijo compartieran el tan ansiado momento que para un militar supone ceñirse esa faja roja ,como la sangre que un día juró derramar en defensa de la Patria, y que constituye la culminación de una carrera a la que se va por vocación y por amor a España.

4. Que las Fuerzas Armadas, como otras tantas instituciones en España, han sufrido una transformación que las hace casi irreconocibles resulta evidente. Atrás quedaron los valores que se hacían carne en los Ejércitos: juramentos, fidelidad, honor, lealtad, sacrificio, camaradería... El amor a España ha sido sustituido por la sumisión ciega a una Constitución que es el origen de todos los males que aquejan a la Patria. Por eso, resulta estúpido y chocante que se nos hable de “patriotismo constitucional” cuando es precisamente en esta Constitución donde está la raiz de esos males ; pero se llega al grado sumo del cinismo cuando, al invocar aquellos preceptos que atribuyen a la milicia el deber de defender la unidad de España, se produce el arresto y la destitución de quien los invoca.

5. Que quienes, amparándose en el “mal menor”, con su participación activa , ya sea en la milicia, como en la política al servicio del sistema, no hacen otra cosa que legitimar y respaldar con su presencia la situación de deterioro a la que la Nación se ha visto avocada en todos los órdenes. Por eso , es comprensible y elogiosa la postura noble y valiente del soldado que , como en el caso del General Piñar, prefiere abandonar el servicio activo antes que prestar su concurso a la farsa de quienes se obstinan en hacernos creer que no pasa nada, mientras los enemigos de España avanzan incontenibles.

6. Que “el Ejército quiera , sepa y pueda reaccionar antes de que sea demasiado tarde para España” es no sólo el deseo del General Blas Piñar, expresado en esta carta, cargada de dolor y patriotismo, sino que es el de muchos españoles que, aun cuando no tenemos el honor de vestir el uniforme militar, nos sentimos plenamente identificados con los valores castrenses, porque amamos profundamente a España y anhelamos que pronto se sacuda del suicida letargo en el que se halla sumida y recupere su Unidad, su Grandeza y su Libertad. (fuente, infonacional)

¡VIVA EL EJÉRCITO ESPAÑOL! ¡VIVA ESPAÑA! ¡ARRIBA ESPAÑA!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

He llegado a este blog de coña. Pero me encanta que digas lo que dices y como lo dices.
Ánimo y adelante.

Enrique Pascual dijo...

Gracias por tua ánimos amigo! aquí seguiré siempre defendiendo desde mi trinchera los valores en los que creo.

UN ABRAZO

QUICO