miércoles, 17 de noviembre de 2010

Giana Jenssen: testimonio de una superviviente a un aborto salino

MI madre tenía siete meses y medio de embarazo cuando decidió abortarme. Yo soy la persona que ella abortó».

Hay quien dice que es un "aborto fracasado", el resultado de un trabajo mal hecho. Ella, en cambio, lo ve como un regalo del Cielo, y proclama su amor a la vida y a Jesucristo.

“Soy adoptada. Tanto mi madre como mi padre biológicos tenían 17 años de edad cuando decidieron acudir a la Federación Internacional de Paternidad Planificada (IPPF), que es la proveedora de abortos más grande del mundo, y allí le aconsejaron someterse a un aborto de término tardío de solución salina. Esta solución se inyecta en el vientre de la madre. El bebe traga la solución que le quema por dentro y por fuera. Entonces la madre da a luz a un bebé muerto en el plazo de 24 horas”.

“Pero para la sorpresa y el shock de todos, no nací muerta sino viva el 6 de abril de 1977, en una clínica abortista en el condado de Los Ángeles”.

Son las palabras de Gianna Jessen, una joven norteamericana que sobrevivió a un aborto, en una conferencia testimonial que ofreció en Australia en el año 2008. Su testimonio no tiene la más mínima nota de resentimiento, amargura o prejuicio contra nadie. Se trata, más bien, de un alegato a favor del perdón, la reconciliación, la perseverancia y el don sagrado de la vida.




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