El Jefe del Estado Mayor de la Defensa se abstuvo de cantar la ‘Salve Aviadora’ que sí entonó el príncipe Felipe

Al margen de sus viajes a Sudáfrica, el príncipe Felipe anda estos días muy atareado, visitando, como cada año, las academias y escuelas militares para presidir la entrega de despachos.
Me llega una anécdota que ocurrió hace pocos días en San Javier (Murcia), precisamente en la entrega de despachos en la Academia General del Aire.
En un momento del acto, el arzobispo castrense procedió a incoar la Salve Aviadora (“Salve, Madre, Salve, Reina del Cielo, de la hermosura una estrella, de la pureza el fulgor; fuente del más puro amor…”).
El canto sorprendió a algunos de los presentes, dado el cariz laicista que el Gobierno, y su ministra de Defensa, Carme Chacón, están queriendo dar a las Fuerzas Armadas. Recuérdese, por ejemplo, la polémica habida recientemente con el Corpus de Toledo y los honores al Santísimo Sacramento.
Me cuentan que el príncipe Felipe cantó, y “cantó con fuerza” el himno en honor de la Virgen. Por el contrario, a su lado, el Jefe del Estado Mayor de la Defensa, Julio Rodríguez, general precisamente del Aire, y conocido como “Julio el rojo” desde sus tiempos en la Academia, permaneció con los labios bien cerrados... si quien yo se levantara la cabeza el rojo tardaría poco en llegar a la cima del monte.