martes, 15 de diciembre de 2009

Me acaba de llegar esta carta... que razón tiene!

Ilustrísimos Sre/as Diputado/as:

Soy profesor en centro público y me dirijo a sus
Ilustrísimas para comunicarle que procederé inmediata mente a la retirada
del crucifijo tanto en el aula como en mi despacho, no esperaré a que me
obligue la futura Ley de Libertad Religiosa que prepara el Gobierno. ¡

¡¿Cómo hemos podido tardar tanto en darnos cuenta de que
estamos en un Estado aconfesional y ninguna religión tiene carácter
oficial?! ¡Debemos avergonzarnos del daño que hemos podido causar por
mantener ese símbolo tan insultante en nuestros espacios públicos! ¡Y cuánta
falta de respeto y de sensibilidad democrática hacia los ciudadanos que no
profesan tal religión!

Es imperdonable haber mantenido públicamente el símbolo de
ese personaje judío que mereció tal muerte por denunciar la corrupción de
los poderes políticos y religiosos de su época, por oponerse a la opresión y
abusos que los gobernantes imponían al pueblo, por andar con prostitutas,
ladrones e ilegales, que entregó su vida hasta el sacrificio en cruz por
andar defendiendo la libertad, la dignidad y la igualdad de todos los seres
humanos.

No tardaré ni un minuto más en retirar el crucifijo por el
que muchos millones de personas han entregado su vida. Retiraré el crucifijo
porque no quiero seguir siendo responsable de que los alumnos y ciudadanos
que lo vean descubran los valores de entrega, radicalidad, esfuerzo, amor y
solidaridad que expresa ese judío colgado de la cruz, con los brazos
abiertos en señal de acogida y perdón. Quitaré el crucifijo, no sea que
quien lo vea caiga en la cuenta que hoy sigue habiendo muchos crucificados
por las mismas causas y a los que sí habría que retirarlos también de sus
cruces. Quitaré el crucifijo pues no quiero que mis alumnos piensen que
entregar la propia vida por los demás es el valor más sublime.

En su lugar, ilustrísimas señorías, he pensando poner un
preservativo, o un blister de píldoras del día después o una cureta cruzada
con un fórceps con el que se provoca la interrupción del embarazo,
cualquiera de ellos representaría perfectamente el valor supremo de la
libertad. Pero pensándolo mejor, no sería buena idea, porque no todos lo
entenderían y además no queda nada estético colocar junto a la foto del
Borbón un condón.

Por ello he decidido sustituir el crucifijo por una Obra de
Arte, de esas que nuestros artistas universales han producido y que están
expuestas en los Museos de todo el mundo para que sean apreciadas por
millones de ciudadanos. Una obra de arte no debe escandalizar ni provocar
ningún perjuicio en las convicciones íntimas de quien la admira. He pensado
en artistas como el genial Salvador Dalí, paisano de los de ERC, o en
Mariano Benlliure, paisano de la Sra. Pajín, aunque me tienta poner a mis
dos artistas favoritos, uno extremeño, Zurbarán; y otro como yo, andaluz, el
universal Velazquez.

Y sería de gran ayuda que me ayudasen a decidirme, les envío
mis preferencias en el archivo adjunto.

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